Publicado originalmente el 1 de mayo de 2014.
Los primeros movimientos obreros en Honduras datan de 1869, con algunas manifestaciones y reclamos por parte de los trabajadores de las minas de San Juancito y posteriormente con algunas manifestaciones leves en fincas bananeras al inicio del Siglo XX. A comienzos del siglo XX, una idea política se había popularizado inmensamente alrededor de Europa y del mundo; ésta era la concepción marxista del Estado Socialista, cuyo auge llegó en 1917 con la victoria de los bolcheviques en Rusia. La particularidad más llamativa del movimiento socialista era la idea leninista de expandir la victoria bolchevique alrededor de todo el mundo mediante revoluciones armadas que instauraran la dictadura mundial del proletariado, sí dictadura mundial.
Honduras no quedaría excluida de las ambiciones del nuevo imperio soviético, que aspiraba a instigar una revolución marxista en cada nación del mundo. El joven hondureño Juan Pablo Wainwright, originario de Santa Bárbara, había peleado en el ejército canadiense durante la Primera Guerra Mundial; y fue en Europa donde se vio seducido por la doctrina socialista.3 Inspirado por sus ideales, y contando con experiencia militar, el joven Wainwright fue reclutado por la Internacional Comunista, conocida como la KOMINTERN, organización fundada en Moscú a iniciativa del mismísimo Vladimir Lenin en marzo de 1919, con la intención de pelear “a través de todos los medios disponibles, incluyendo la fuerza armada, para el derrocamiento de la burguesía internacional y para la creación de una República Soviética Internacional como una etapa de transición hacia la completa abolición del Estado”.
Wainwright llega a Honduras como delegado de Socorro Rojo Internacional6 para ayudar a los comunistas locales a organizar la clase obrera nacional en una fuerza beligerante que actuase en sincronía con el movimiento comunista internacional. Wainwright se pone en contacto con los grupos marxistas operantes en Honduras y es ahí cuando empieza a trabajar junto con Manuel Cálix Herrera, Carlos Gómez, Víctor M. Angulo, Armando Amaya7 y su hermana Graciela Amaya de García. La nueva banda de revolucionarios marxistas empezó organizar y liderar huelgas en la zona norte del país, en contra de las compañías bananeras y el sector ferrocarrilero, exigiendo aumentos salariales y beneficios laborales. Ya para el 18 de mayo de 1921, los revolucionarios habían organizado a los pocos sindicatos que existían en aquel momento para darle vida a la nueva Federación Obrera Hondureña (FOH). Entre las organizaciones que ayudaron a la fundación de la FOH estaba “Redención”, sindicato del cual era dirigente Graciela García, quien para entonces era una ferviente socialista gracias a las enseñanzas y lecturas organizadas por su hermano Armando Amaya.
El año siguiente, el agente soviético J.P. Wainwright inicia a gestionar por la organización de un partido de los trabajadores; el 1 de mayo de 1922 funda el Partido Comunista de Honduras (PCH) en la ciudad de San Pedro Sula, junto con Manuel Calix Herrera, Armando Amaya y Carlos Gómez. El partido fue fundado a instancia de la Internacional Comunista, dirigida desde Moscú, como parte de una estrategia regional para darle vida al movimiento socialista en los cinco países de Centroamérica. En 1925 estas aspiraciones los llevan a fundar al Partido Comunista Centroamericano en Ciudad Guatemala, en donde estuvo presente Russell Blackwell, un agente soviético enviado a Honduras pero que había sido deportado ese mismo año debido a sus actividades subversivas.
Se nombró a Manuel Cálix Herrera como Secretario General del PCH, quien se esforzó porque su recién nacida organización controlara el movimiento obrero a través de la Federación Obrera Hondureña (FOH). Así, paralelamente, el PCH y la FOH realizan sus actividades políticas e incitan a la clase obrera en contra de sus empleadores y el gobierno hondureño. Pronto hubo fisuras entre ambas organizaciones, por acusaciones contra algunos miembros de haber recibir sobornos del gobierno de Miguel Paz Barahona. Maximiliano B. Ucles, quien había sido nombrado como directivo de la FOH por influencia del PCH, presidió la audiencia que conoció de tales acusaciones.
Con esta nueva estructura, el PCH organizó los primeros círculos de estudio de las doctrinas socialistas y se dedicaron a reorganizar a los trabajadores de los campos bananeros en la costa norte. Ya el 12 de marzo de 1925, los obreros que habían recibido instrucción del PCH desarrollan una huelga en la empresa bananera Cuyamel Fruit Company, de la cual era dueño el reconocido empresario Samuel Zemurray – The Banana Man.13 Fue en este momento que los comunistas hondureños empezaron a enfrentarse a una amenaza real, pues Samuel Zemurray, y muchos como él, no tolerarían este tipo de movimientos disruptivos para su empresa. Zemurray llevaba algún tiempo contratando mercenarios14 como Samuel Dreben, conocido como “The Fighting Jew”15; a Guy Molony, mejor conocido como “Machine Gun Molony”; y Lee Christmas, del Estado de Louisiana. Motivado por la reciente huelga en su finca, Zemurray inició gestiones para que él, y el gobierno hondureño, contrarrestaran los esfuerzos desestabilizadores de los comunistas. Esta nueva persecución, especialmente contra Wainwright, obligó al originario de Santa Bárbara a salir exiliado hacia El Salvador, mientras sus compañeros en Honduras seguían preparando la revolución proletaria.
Graciela García continúo escalando los rangos revolucionarios fundando en 1923 la Sociedad Cultura Femenina, que se dedicaba a organizar mujeres trabajadoras y a predicarles las doctrinas socialistas. En 1926 apoyó la creación de la Federación de Sociedades Obreras del Norte que tenía la misión de “redimir a los trabajadores de los amos sin Dios ni conciencia”. La notoriedad de las actividades de García llevó incluso a que en una ocasión el arzobispo de Tegucigalpa Agustín Hombach le llamase “hija legitima del bolchevismo y comunista hasta la medula.”
En 1928, J.P. Wainwright regresa a Honduras y se reúne con sus viejas camaradas como Manuel Cálix Herrera, Carlos Gómez y los hermanos Amaya, Graciela y Armando. Juntos organizan sindicatos y se dedican al fortalecimiento del PCH, así como la difusión de la ideología marxista a través de folletos y panfletos. Wainwright, siempre puso a disposición del PCH su automóvil y su casa en San Pedro Sula, para que fuese usada como centro de reuniones.
Las fricciones entre la FOH y el PCH se fueron exacerbando, lo que motivó al secretariado a gestar la desaparición de la Federación Obrera Hondureña (FOH) en 1929. Ante tal situación, Manuel Cálix Herrera y los hermanos Amaya convocan a todos los miembros de los sindicatos existentes a realizar el primer congreso obrero-campesino que se celebraría el 1 de Mayo de 1929 en el puerto de Tela, por parte de las sociedades Fiat, el sindicato ferrocarrilero y los trabajadores del muelle.19 En este congreso, instalado bajo la tutela del Partido Comunista de Honduras, se escucharon las voces emotivas de Manuel Cálix Herrera y Armando Amaya; “Karl Marx es el gran maestro, el sublime predicador de la verdad sobre la vida.” pronunció Armando Amaya, miembro fundador del Partido Comunista de Honduras.
Del congreso organizado en el puerto de Tela, nace la Federación Sindical Hondureña (FSH) cuya junta directiva quedo integrada por Maximiliano B. Uclés, Armando Amaya y Carlos Gómez (todos militantes del PCH). Esta nueva entidad accionaría en la arena política y sería la encargada de organizar a los obreros de la United Fruit Company.
Durante la administración del Presidente Vicente Mejía Colindres (1929-1932), se presentó en el Congreso un proyecto de Código de Trabajo que reconocía a los trabajadores, entre otras cosas, el derecho a la organización en sociedades para la defensa de sus intereses y el derecho a huelga. El proyecto fue rechazado por el Poder Legislativo.23
Luego, en 1930, iniciaron a organizar movimientos huelguísticos concentrándose especialmente en las instalaciones de la Standard Fruit Company, en La Ceiba. Tras la anexión del movimiento campesino a los comunistas, se logra consolidar un bloque obrero-campesino que comienza a tener beligerancia y a presentarse con una fuerza apreciable. Su rebelión y protesta se hace noticia en el país, pero nunca lograron ser capaces de cambiar el rumbo de la nación pues, ya para ese entonces, el Doctor y General Don Tiburcio Carias Andino había alcanzado el puesto de Ministro de Gobernación y logrado obtener la primera representación del Congreso, posiciones desde las cuales dirige su política de “mano de hierro” contra cualquier fuerza desestabilizadora en el país.
El 26 de junio de 1930 se ordena la captura del subversivo Juan Pablo Wainwright por el delito de sedición. En 1931, J.P. Wainwright se traslada a la costa norte y organiza violentas huelgas contra la United Fruit Company. Agentes de la compañía logran apresarlo y es encarcelado en la Fortaleza de San Fernando de Omoa, a donde se trasladaban a los prisioneros de alta peligrosidad. Wainwright logra escapar de su cautiverio en la Fortaleza de San Fernando de Omoa y se dirige hacia Guatemala en donde fracasa en derrocar al presidente Jorge Ubico y es capturado junto con 14 compañeros. El General Jorge Ubico perdona a los capturados, con excepción de Juan Pablo Wainwright, por considerarlo el factor principal de la acción comunista en Guatemala.
Dice Graciela García, “Refieren que la víspera de su ejecución, con una hoja de afeitar se cortó las venas y con su sangre escribió en las paredes de la celda: ¡Viva el Soviet, el único gobierno que debe existir en el mundo! ¡Viva la Internacional Comunista! ¡Viva la revolución social!”. Wainwright fue ejecutado el 18 de febrero de 1932.
En enero y febrero de 1932, el PCH, a través de la Federación Sindical Hondureña, dirige el movimiento huelguístico desatado en la Tela, Truxillo Railroad Company y la Standard Fruit. Hasta el mes de abril de 1932, el gobierno de Vicente Mejía Colindres tuvo que lidiar con dicha huelga, a la cual respondió enviando a su secretario militar, el General Cisneros, quien sofocó el movimiento huelguístico logrando dispersar por la fuerza a varios centenares de trabajadores.
En junio de 1932, por primera y última vez en la historia de Honduras, el PCH con el apoyo del Bloque Obrero Campesino, participó en un proceso electoral con la candidatura presidencial de Manuel Cálix Herrera y Celso Jiménez Bonilla, como vicepresidente.
Derrotando a Manuel Cálix Herrera del Partido Comunista y a José Ángel Zúñiga Huete del Partido Liberal, en 1933 llega a la Presidencia de la República el Doctor y General Don Tiburcio Carias Andino, quien aprovechando su nuevo adquirido poder, declaró ilegal al Partido Comunista de Honduras y suprimió violentamente toda actividad sindical o huelguística. El movimiento obrero tuvo que operar en la clandestinidad durante la mayor parte del gobierno de Carias, culminando con la primera fase de la historia del movimiento obrero en Honduras.
Por su parte, en 1935, Manuel Cálix Herrera muere de tuberculosis a sus 35 años. Enfermedad que contrajo debido a las torturas sufridas y a los largos períodos en la cárcel.27 Graciela García continuó operando en la clandestinidad hasta 1944 cuando fue encarcelada por su participación en las marchas realizadas contra el régimen de Carias. García logra salir de prisión y sale exiliada, junto con su hermano Armando, hacia El Salvador. El hijo de Graciela, muere en una intentona fallida contra el presidente de El Salvador y son nuevamente obligados a emigrar a Guatemala.28 El movimiento obrero quedaría adormecido hasta el año de 1954, cuando renace el Partido Comunista de Honduras a un mes que se desatará la icónica Huelga de 1954.
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